23/1/09

El deporte formador de valores ciudadanos

NORBERTO RODRIGUEZ EXPERTO EN LA FORMACION INTEGRAL DE JOVENES
Que los chicos se relacionen con su cuerpo a través del juego grupal y la experiencia de compartir al aire libre o de la computadora, la televisión y los objetos de consumo, determinará su salud y su visión del mundo.
El sedentarismo y el exitismo deportivo, la hipercompetitividad y la insatisfacción con los propios logros pueden ser parte de un mismo modo de relacionarnos con la actividad física, con nuestro propio cuerpo y con nuestro entorno social. Del mismo modo que la práctica deportiva que combina la disciplina individual y el placer de compartir es algo que se aprende de chiquitos, en los juegos infantiles que aprendimos en casa o en la plaza, en el recreo o la clase de gimnasia en la escuela y el colegio, en los deportes que elegimos practicar y fuimos dejando a medida que crecimos, en las horas que dedicamos a distraernos en un picadito, correr una maratón, entrenar en un gimnasio, o que invertimos en compartir una excursión de montaña con la familia y los hijos. Mucho de esto depende de lo que haga la escuela y de lo que inculquen los padres. Pero hay que recordar la importancia que tuvieron siempre los clubes sociales y deportivos en el enriquecimiento de vínculos sociales de amistad y solidaridad y en la construcción de ciudadanía. Norberto Rodríguez conoce mucho de todo esto; hace más de treinta años que ocupa puestos directivos en una de las instituciones sociales y deportivas más antiguas y con mayor prestigio en nuestro país, la Asociación Cristiana de Jóvenes, conocida en el mundo como la YMCA. "Nada reemplaza, enfatiza Rodríguez, la experiencia de practicar regularmente un deporte, compartir actividades recreativas con los hijos o participar en campamentos".¿Cuánto y de qué modo cambió la forma en que los jóvenes se relacionan con la actividad física? Cambió mucho, sin dudas. Antes, en épocas no demasiado lejanas, los jóvenes encontraban en el deporte una manera muy concreta de expresarse, tanto desde lo social como también desde la propia actitud hacia determinadas actividades deportivas. Nosotros observamos que en el momento actual, ya desde la niñez, adolescencia y juventud, está costando mucho más el involucramiento en juegos grupales, utilizar el deporte como una experiencia formativa y educativa además de entretenida y edificante. Hoy pareciera que la pasividad está ganándole el espacio a la disposición a compartir y prima mucho más el individualismo. Esto afecta la esencia del deporte, que es por definición una experiencia gregaria, que ayuda a crecer, a conocerse a uno mismo y a los demás, que enseña a respetarnos y a respetar a los otros. Cuesta más ahora vincular la práctica deportiva a la vida recreativa. ¿A qué se debe este cambio?Influye mucho cuánta historia deportiva y recreativa tiene la familia y cuánto de eso trasmite también a las nuevas generaciones. Los adultos tenemos una gran responsabilidad en todo esto. Porque no hay una sola generación que viene arrastrando este problema; posiblemente hay más de una y va trasmitiendo esta mayor pasividad que tiene implicancias sociales muy fuertes.Sin embargo, las actividades deportivas están mucho más presentes en nuestras vidas, crecieron enormemente las audiencias y hay más interés por distintos deportes, no sólo el fútbol.Es cierto. Nos pasa en el deporte lo que en otros órdenes de la vida. Ser ciudadano es mucho más que ser habitante, significa ser partícipe necesario de un proceso de crecimiento y de desarrollo de una comunidad determinada. Y hoy está pasando que tenemos más habitantes que ciudadanos; es decir, más espectadores y consumidores que personas dispuestas a participar, a jugar. En el deporte hay estímulos, a veces sobreestímulos, y también a veces hay una visión muy individualista o exclusivamente consumista de lo que significa realizar actividad física o practicar un deporte. ¿Correr o ir al gimnasio para "ponerse en forma", por ejemplo?.Se promueve una relación individual y narcisista con el cuerpo, a veces contra el espejo; no hay relación con el que está al lado aunque lo veas todos los días, no te interesa relacionarte con esa persona, y eso se transmite, a nivel de los adolescentes y los jóvenes, en una cultura hedonista e individualista muy marcada. Por otro lado, el exitismo -la idea de que a través del deporte se abre "una carrera al éxito"- tiene una manifestación muy concreta en exigencias de rendimiento cada vez mayores que terminan generando gran frustración. ¿Cómo se da esta relación de los jóvenes con la actividad física en las distintas clases sociales?Bueno, hay un sobreestímulo en las clases medias, medias-altas, pero cuando uno empieza a descender en la escala social, y hoy eso es evidente, ese estímulo ha decaído profundamente. O se concentra exclusivamente en el fútbol. Pero falta aquí también aquello que tiene que ver con la formación y con el cuidado de la salud. Porque el deporte es un elemento muy importante para ir generando una cultura de cuidado del cuerpo, y al mismo tiempo de prevención para la salud. Tenemos experiencias concretas y se han detectado problemas serios en chicos muy niños, de muy corta edad, con problemas de presión arterial, diabetes, etc.¿Cómo lograr una relación más amigable del adolescente con su cuerpo?En nuestra época, ser adolescente o joven podía ser difícil. Hoy, lo es mucho más. Por eso hay que tener mucho cuidado cuando hacemos juicios de valor sobre la adolescencia y la juventud. Los adultos somos bastante proclives a poner sobre la mesa nuestros juicios con una actitud demasiado severa, sin hacernos responsables de lo que nos cabe en todo esto. Creo que también en esto está afectando esa relación del adolescente y el joven con su cuerpo, lo que está pasando como experiencia de vida de familia. Hoy tenemos estructuras familiares mucho más dispares, más estresadas y obligadas a diferentes roles a los que podía cumplir en el pasado, lo que dificulta la contención que necesita el adolescente. Otro factor a tener en cuenta es la computadora, una gran herramienta que pone a los chicos en contacto el mundo, pero estimula el sedentarismo. Todo esto sin considerar otros estímulos; algunos potencialmente positivos y otros como las drogas, que son un factor que está jugando un papel muy negativo al sobreestimular a adolescentes y jóvenes al consumo: bebidas alcohólicas, drogas menores, drogas mayores, etc. La población argentina que participa de actividad física regular, en términos porcentuales y comparativos no es muy numerosa.Por eso me parece muy importante que el niño realice actividades físicas y juegos en grupo desde la más corta edad, que lo vinculen con su cuerpo y con el cuidado de su cuerpo; se necesitan hábitos que vayan haciendo una cultura. Aquella persona que no ha hecho actividad física regularmente de adolescente, de joven, es muy difícil que tome el hábito siendo adulto. Y si lo toma, lo hace a veces por moda, por períodos espasmódicos: "hoy empiezo, mañana dejo".¿Qué se requiere para modificar esa situación? Hoy la actividad física hay que vincularla con mucho mayor énfasis al cuidado de la salud. Nosotros seguimos pensando que el deporte es una herramienta extraordinariamente importante como experiencia colectiva en lo que respecta al disfrute y el logro en equipo; pero también hay que disfrutar del juego y la creatividad, el esfuerzo y la pericia. Hay muchos estereotipos y controvertidos ejemplos de esta ilusión ¿no?Sí, claro. Algunos dirigentes de fútbol serios cuentan cosas que ponen los pelos de punta sobre la actitud de los padres con los chicos que juegan en divisiones inferiores. Cuentan cosas que son espeluznantes sobre cómo los padres premian y castigan a los chicos si ganan o si pierden, con una actitud casi de barrabrava, con chicos que están jugando en la novena, en la octava, en la séptima división de los clubes. Esto lleva a conflictos muy serios, y eso, desde el punto de vista formativo es un desastre, porque ¿cuántos chicos llegan a ser figuras en el deporte? Una minoría absoluta. ¿Y los que no llegan? ¿Qué pasa con esos chicos? Ya empezamos a crearles frustración. Por eso, para nosotros es mucho más importante el deporte social; o sea, el deporte como parte de una experiencia formativa integral. Y eso requiere preparación, instituciones y políticas adecuadas. ¿Cuál es el modelo de una política adecuada para el deporte?En primer lugar, vincular mucho más a las actividades deportivas y recreativas desde la escuela, pero con un cambio de paradigmas importante. Es decir, considerar a la actividad deportiva como parte de la currícula formativa, y no como un elemento accesorio o secundario. E integrarlo más con otras áreas del aprendizaje: las horas de educación física deben tener mucha importancia y una mayor relación con las de educación ciudadana, la educación sexual o lo que antes se llamaba "educación para la salud". Y llevarla, paulatinamente, desde los niveles iniciales hasta que el chico termina con la obligatoriedad de la escuela secundaria, creando hábitos. Porque la educación física tiene que generar hábitos también en términos de higiene, de alimentación, de disciplina, por un lado, y en términos de compartir, de ser solidarios. El deporte tiene que ser una experiencia solidaria, no meramente formar habilidades o aptitudes para ganar. Todo esto requiere una formación educativa que lleva mucho tiempo pero que yo creo que tenemos que encarar, tanto a nivel de las instituciones educativas como a través de las organizaciones o instituciones de la sociedad civil que contribuyan a promover e inculcar una mayor cercanía entre el pensamiento y la acción, entre el conocer y el actuar, y animados por valores esenciales como la solidaridad, la justicia, la fraternidad.
Copyright Clarín, 2009.